Los duendes de la niñez
Los duendes de la niñez,
revolotean traviesos,
mitad ángeles,
mitad gnomos,
protectores é inocentes,
felices y generosos,
con virtudes infinitas,
merodean entre los niños,
y a veces...
permanecen entre algunos grandes...
Son espontáneos y sinceros,
amorosos y tolerantes,
aceptan todos los defectos terrenales,
y colaboran para que grandes y chicos,
convivan con éstos.
No son todopoderosos,
y por ello...
no pueden evitar guerras,
cataclismos,
desastres naturales, y
desastres provocados por el hombre.
Pero ellos,
saben merodear la conciencia del humano,
advirtiendo aquellos humanos
que conservan sus duendes de la niñez,
saben escucharlos,
pero otros...
niegan su presencia,
y así...
los duendes...
desaparecen de la vida
de algunos humanos adultos,
y al esfumarse,
llevan con ellos sus virtudes.
Los síntomas previos a la desaparición
de un duende, son:
- Dejar de conmoverse por la vida.
- No escuchar los cantos de los pájaros,
dejar de interpretar sus melodías.
-No emocionarse con los amaneceres y
atardeceres.
- No cuidar ninguna planta.
- Maltratar los animales.
- Maltratar a los humanos.
- Odiar los seres vivos .
- No encontrar placer en el ocio
y los juegos infantiles.
- No reir.
- No cantar más.
- No leer poesías.
- No escuchar a nadie.
- No emocionarse con la naturaleza.
- Perder la fe, la esperanza y la
capacidad de amar.
Cuando un duende desaparece,
no regresa...
Por eso es necesario
que estemos atentos a las señales,
previas a la desaparición,
para no transformarnos,
en adultos sin duendes.
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