El espejo donde se miraba toda su familia desde siempre. Por allí vieron sus rostros sonreír por vez primera, y también llorar. El espejo era victoriano, barroco, con marco dorado…

El espejo reflejó siempre muy bien las luces y también las sombras. Todas las imágenes virtuales fueron siempre perfectas. Pero las distancias diferían del objeto reflejado. Las distancias. Las distancias los alejaban pero también los aproximaban. Todos los que habían querido alejarse para siempre, habían decidido morir. Solo los sobrevivientes, aún se miraban en el espejo. Los sobrevivientes jóvenes se reflejaban cada día con una gran sonrisa, belleza y gloria de vida. El espejo les editaba su día y copiaba y guardaba su rostro. Nadie conocía el secreto del espejo. Solo los que se alejaron para siempre, como fantasmas aún desfilaban en silencio entremezclados invisiblemente.

María del Carmen Segalá 25/06/2020