MUERE LENTAMENTE
Muere lentamente
quién no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quién no permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente
quién no viaja,
quién no lee,
quién no oye música,
quién no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quién destruye su amor propio,
quién no se deja ayudar.
Muere lentamente,
quién pasa los días quejandose
de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente
quién abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando lo indagan
sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas
recordando siempre que estar vivo
exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia
hará que conquistemos una espléndida FELICIDAD.
Por Pablo Neruda